La factoría
Sin
saberlo nos hemos referido a esta como un parque de esparcimiento cultural sin
saber que en épocas de antaño fue la casona colonial ubicada en Palmira en el
cruce de la calle 33 con carrera 28
denominada LA FACTORIA y que fue construida en el año de 1792, solicitud elevada por Don Joaquín Castro y García,
factor de la renta del tabaco, al cabildo de Buga, durante el virreinato de Don
Pedro Mendinueta. El terreno necesario fue cedido gratuitamente por la familia
Sánchez Hoyos. El contrato respectivo para la construcción se le adjudico en
licitación pública al señor Francisco Romero, mediante la fianza de los señores
José Manuel Pizarro y Manuel Antonio Cabal. En tal edificio se estableció el
depósito o Factoría del tabaco origen del nombre que desde entonces se le dio y
aun lo conserva.
Cuando
estalló la revolución emancipadora en el año de 1810 gobernador de Popayán
Tacón y Rosique, envió a Palmira numerosas tropas, las que fueron alojadas en
la factoría, donde se estableció el cuartel general y centro de operaciones
militares, contra los patriotas. En esos días aparecieron en grandes
caracteres, escritos con carbón en las paredes del edificio, las siguientes
quintillas de un humorista criollo:
“cuando
la gente creía que esta gran casa seria depósito de tabaco, le hacen un
servicio flaco a la pobre factoría. Estaban las piezas lista cuando cambio de
papel, porque las gentes malquistas la trocaron en cuartel para las tropas
realistas”.
Solo
a principios de 1820, volvió a establecerse en la factoría el estanco de
tabaco, en el año 1849 fue abolido el monopolio del tabaco quedando la factoría
sin destinación, por esta razón se daba en alquiler para espectáculos públicos,
como teatros, acróbatas, circos; más tarde en 1860 determino el gobierno
nacional desprenderse del ya deteriorado edificio el cual volvió a desempeñar
su triste función de cuartel durante la guerra civil.
El
congreso nacional de 1866 aprobó el proyecto de ley donde se cedió el viejo caserón
al municipio de Palmira con la condición de que fuera destinado para la
instrucción pública; en consecuencia el colegio de enseñanza secundaria volvió
a ocupar el costado oriental de la factoría y la escuela primaria la parte
occidental.
Después
de varios años la casona se convirtió en lo que hoy conocemos como el parque de
la factoría, espacio que se ha convertido, como mencionamos anteriormente, en
un lugar de esparcimiento público y cultural donde se lleva a cabo un proyecto
liderado por jóvenes llamado “cultura al parque”.
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